Protagonistas femeninos en los Goya

19 Mar Protagonistas femeninos en los Goya

 

En la última edición de los Goya del cine español han brillado, entre otras, tres películas inequívocamente protagonizadas por mujeres, algo que aún «sorprende» en un cine que todavía prefiere los protagonistas masculinos, aunque es verdad que cada día lo hace con menos intensidad. Dos de ellas también están realizadas por mujeres, la brillante veterana Icíar Bollaín y la prometedora debutante Pilar Palomero; y la tercera por el vasco David Pérez Sañudo, también debutante en esto del largometraje. Estas tres películas, al margen del género de sus protagonistas, dejan testimonio del mejor cine español, ese que sigue afirmando su existencia en unos momentos tan difíciles y con tantas incertidumbres sobre el futuro del audiovisual.


Comenzando por la que se puede considerar como la triunfadora de la noche, «Las niñas», de Pilar Palomero, una historia que está situada en el interior de un colegio religioso (supongo que concertado) de principios de los años noventa —aunque casi me recuerda «mis» colegios de los sesenta— y que reconstruye con envidiable precisión esos ambientes y las tensiones vitales de unas niñas situadas en la frontera de la adolescencia. Una condición de documental reconstruido —una opción que puede atraer más o menos— que la película mantiene hasta que introduce la trama del padre ausente y nos reconcilia un poco con ese cine que nos cuenta historias.


Mucho más redonda en este último aspecto me pareció «La boda de Rosa», de Icíar Bollaín, con su guionista Alicia Luna de por medio, una comedia agridulce muy bien construida, con sus ecos berlanguianos, que para eso está rodada en Valencia, con unos personajes plenos de aristas pero nobles en el fondo y con una reflexión moral bastante novedosa y de cierto alcance: el compromiso con la felicidad de uno mismo, aunque en un determinado momento hija y nieta hagan tambalear esas convicciones, pero ya se sabe que esto de los nietos… Una buena película, tierna, dramática, divertida y unos cuantos calificativos positivos más, en la que encuentro lejanos ecos de ese cine de Frank Capra en el que la bondad natural de las personas corrientes terminaba resolviendo los problemas, claro que Icíar Bollaín y su guionista se mueven en este océano con mucha más complejidad y madurez.


La tercera película es «Ane», de David Pérez Sañudo, que obtuvo un galardón para cada una de sus contundentes y espléndidas protagonistas, Patricia López Arnaiz y Jone Laspiur. Un relato especialmente hosco y bronco que, a pesar de ello, esconde buenas dosis de sentimientos, de ternura incluso, en las simas de sus personajes y de su historia. Un relato de dos mujeres solas, madre e hija, separadas y enfrentadas por la militancia de la segunda, una joven identificada con los movimientos alternativos más radicales y violentos del actual País Vasco, y por el puesto de trabajo de la primera como guarda de seguridad en una constructora que es objeto de los ataques de los compañeros de militancia de su hija. Una situación explosiva que la película maneja con envidiable realismo (estamos literalmente «dentro») y complejidad, apoyada en el excelente trabajo de las dos mencionadas actrices, especialmente, por el mayor recorrido de su personaje, de Patricia López Arnaiz, que está simplemente asombrosa.

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