20 Jun Fonoescena 14: Segundo de Chomón, el Méliès español
Segundo de Chomón (Teruel, 1871 / París, 1929) es el cineasta español más importante en estos primeros tiempos del cinematógrafo. Es frecuentemente citado como «el Méliès español», una denominación que no termina de hacer justicia a su figura, ya que su dimensión como descubridor e innovador del lenguaje y la técnica cinematográfica es similar a la del cineasta francés, del que apenas le separa —y de ahí, probablemente, su menor consideración en la historia del cine— el haber puesto, en muchas ocasiones, su talento al servicio de otros cineastas que fueron los que terminaron firmando en solitario esas obras.
Su carrera comienza, a finales de 1899, en París, trabajando en el coloreado de películas para Méliès (se coloreaba fotograma a fotograma) junto con su esposa, una artista de variedades francesa con la que se había casado unos años antes. Una técnica que continuará en el taller que abrirá en Barcelona en 1902 y en el que realizará sus primeros títulos. Segundo de Chomón es el gran creador de trucos del cine español, utilizando las técnicas de doble impresión y del fotograma a fotograma (paso de manivela) que también estaba usando Méliès. De esta época es uno de sus trabajos más innovadores «El hotel eléctrico» (1908), en el que, con ese sistema de imagen a imagen, recrea un futurista hotel en el que los huéspedes son atendidos y peinados por objetos electrónicos que parecen tener vida propia.
A partir de 1910 se traslada a París para trabajar para la productora Pathé, que le había contratado, precisamente, para que rivalizara en sus trucos con Méliès (muchas de sus películas tienen título francés). Tanto es así que, entre sus obras, se cuenta un remake del clásico de Méliès «Voyage dans la lune» (1902) titulado «Excursion dans la lune» (1908).
A partir de 1912 trabaja en Italia, siendo el operador de una de las películas más ambiciosas del cine italiano de la época, «Cabiria» (1914), de Giovanni Pastrone, cineasta con el que también trabajó en «La guerra y el sueño de Momi» (1917) —en algunas referencias incluso aparece adjudicada a Segundo de Chomón—, en la que, mediante el paso de manivela o imagen por imagen, realiza una larga escena de animación de muñecos que constituye todo un modelo y antecedente de una película como «Toy story»
También participó en el rodaje de la obra magna del cine mudo francés, «Napoleon» (Abel Gance, 1926), y su último trabajo como operador es para Benito Perojo, otro de los cineastas pioneros de nuestra industria, en «El negro que tenía el alma blanca» (1927), película en la que, mediante la técnica de doble exposición, realiza la escena de la pesadilla que atormenta a la protagonista interpretada por Concha Piquer. Moriría en París un par de años más tarde a causa de una enfermedad contraída en Marruecos mientras ensayaba algunos procedimientos para realizar películas en color.
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