18 May Fonoescena 10: El cine nórdico descubre el paisaje
La creación del lenguaje cinematográfico se produjo en forma de aluvión, un cineasta o una cinematografía aportaban una novedad que, rápidamente, era asimilada y desarrollada por el resto y, de este modo, pasaba a formar parte del acervo común. Así fue creciendo el cine hasta alcanzar la mayoría de edad narrativa.
El primer cine nórdico —inicialmente, la locomotora fue la cinematografía danesa, que entró en decadencia con la Primera Guerra Mundial, y a continuación tomó el relevo la sueca que se convirtió en una de las más importantes de Europa— se adjudica el mérito de introducir el paisaje en el relato cinematográfico. Esto no quiere decir que antes no se hubieran rodado películas en escenarios naturales: «Asalto y robo de un tren» (Edwin S. Porter), el primer western de la historia, está realizado en 1903 e incluye algunas escenas en paisajes naturales. Pero hasta ese momento el paisaje carecía de valor dramático y este primer cine nórdico lo convierte en un elemento más del relato, influyendo con su presencia en la historia y en la evolución de los personajes.
El cine sueco traslada los dramas de alcoba y de salón del primer cine danés al aire libre, con los grandiosos paisajes nórdicos interactuando con los personajes, sus pasiones y sus conflictos. La película que impone esta seña de identidad es «Los proscritos» (Viktos Sjöstrom, 1918), un drama con el tema universal de los amantes perseguidos por la sociedad que está rodado en las montañas de Islandia. Su proyección en París causó asombro y el crítico francés Louis Delluc la calificó como la película más bella del mundo.
Un forastero llega a trabajar a la granja de una mujer viuda y ambos se enamoran, pero todo se viene abajo cuando el turbio pasado del hombre sale a la luz. Decididos, sin embargo, a seguir juntos, lo dejan todo y se refugian en las montañas, aunque eso signifique vivir en condiciones extremas. La interacción de la naturaleza con los personajes es intensa y sirve para explicar los movimientos psicológicos del trío protagonista: la pareja inicial y un visitante que aparece en la segunda mitad del film.
La película cuenta, como vemos, una compleja y trágica historia de amour fou —un concepto que ya era conocido en la literatura, pero que, en aquel momento, resultaba muy avanzado para la pantalla— que conduce a sus protagonistas a la destrucción como personas y como pareja, ya que mueren odiándose, con algunas escenas absolutamente terribles y con algunos recursos de montaje (los flash backs) igualmente avanzados para su tiempo. El trágico desenlace entre una tormenta de nieve ha quedado como uno de los grandes momentos de la historia del cine.
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