Fonoescena 7: El Gran Méliès

27 Abr Fonoescena 7: El Gran Méliès

 

Advertía cuando citaba a Alice Guy como «el primer cineasta» que introdujo la fantasía en la ficción cinematográfica, que la historia le había adjudicado este papel a Georges Méliès y añadía que lo había hecho con justicia, porque fue el primero que la integró de forma generalizada y con continuidad.
Hay que ser conscientes de la gran importancia que tiene esta incorporación, pues la ficción en general y el cine muy en particular es el arte de lo imposible, de lo que no podemos observar en la vida cotidiana: No podemos ver a los personajes del western porque son de un tiempo pasado, ni a los tripulantes de «2001» porque pertenecen a un futuro que todavía no ha llegado, ni a los protagonistas de aventuras situadas en la tundra siberiana, las praderas africanas o las junglas asiáticas, ni por supuesto a un vampiro o a King Kong, ni tampoco las asombrosas proezas del agente Ethan Hunt que interpreta Tom Cruise… Esa dimensión de lo imposible es el aliento mismo de la ficción y fue Georges Méliès el que la introdujo en el cine.


Al igual que Alice Guy asistió, acompañando a su jefe Leon Gaumont, a la proyección que los Lumière hicieron el 22 de marzo de 1895 en la Société d’Encouragement à l’Industrie Nacional, también se cuenta que Georges Méliès, aunque esto es más difícil de precisar, fue uno de los escasos espectadores en esa primera proyección pública de la historia que tuvo lugar en París el 28 de diciembre de 1895.
En cualquier caso, Méliès, que tenía experiencia como ilusionista, quedó deslumbrado por el nuevo invento y trató que los Lumière le vendieran un cinematógrafo pero éstos se negaron y terminó adquiriendo uno similar en Londres. Su carrera comenzó con las habituales «escenas naturales» de estos primeros pasos del cine, pero pronto introdujo la ficción y el trucaje en la pantalla. Y todo, según parece, por un hecho casual: En 1896 estaba rodando en la plaza de la Opera cuando la cámara se atascó y se detuvo la filmación. Méliès solucionó el problema y siguió filmando. Su sorpresa fue, cuando al proyectar la película, vio que allí donde había hombres de repente se transformaban en mujeres y donde había un autobús aparecía súbitamente una carroza fúnebre. Este truco, conocido como «imagen por imagen» o «paso de manivela», abría el camino a la fantasía en la pantalla.


La película que lo inició todo es «Le voyage dans la Lune» (1902), lejanamente inspirada en la obra de Julio Verne, una película de unos 15 minutos de duración, en la que unos científicos llegan a la Luna a bordo de un proyectil disparado por un cañón que ha sido armado por una corte de bellas señoritas, allí respiran como si tal cosa, hasta llega a nevar, se enfrentan a unos nativos saltimbanquis a los que eliminan a paraguazos (literal) y, finalmente, logran regresar a la Tierra por el «sencillo» método de dejar caer el cohete, ya que como la Tierra está debajo de la Luna, pues se llega como si tal cosa… Puro delirio, puro cine.


Méliès continuó realizando películas hasta 1913, unas 500, la gran mayoría desaparecidas ya que muchas las vendía a exhibidores ambulantes y perdía el control sobre ellas. En 1910, en el II Congreso de Fabricantes de Películas, se sustituyó el sistema de venta de las películas por el de alquiler, lo cual repercutió negativamente en la actividad de los artesanos independientes con escasa infraestructura comercial, entre ellos Méliès, que terminó cayendo en manos de su principal rival, Charles Pathé. La I Guerra Mundial interrumpió definitivamente su carrera y, tras ella, Méliès desapareció, como si nunca hubiera existido, hasta que un periodista le localizó en 1928, regentando un puesto de juguetes y golosinas en la Gare de Montparnasse, y lo recuperó para la historia del cine. Una emotiva anécdota que está recogida en la estupenda película de Martin Scorsese «La invención de Hugo».

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1Comment
  • Gerardo Rojo
    Publicado a las 01:06h, 03 mayo Responder

    Apasionante tu erudición.
    Es realmente importante conocer el inicio para valorar el presente.
    Gracias nuevamente,amigo.

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