17 May La bruja, el mejor cine de terror
No soy de los que tienen preferencias por una u otra modalidad de los relatos cinematográficos. Si tiene calidad me gusta lo mismo un melodrama que un thriller o un fantástico. Y he empleado a conciencia la palabra modalidad y no género porque, si entramos en esta acepción, he de confesar que sí que tengo reticencias hacia alguno en concreto, especialmente el de terror.
Pero el motivo de este rechazo no es la clave con que se narra la historia sino los rígidos códigos que la industria ha asociado al género de terror y que lo han convertido en uno de los más convencionales del panorama cinematográfico. Especialmente odiosos me resultan los tradicionales golpes de efecto que hacen saltar a los espectadores de sus butacas y que constituyen casi su esencia misma. No sólo me parecen vulgares y facilones sino que, además, no encuentro ningún placer en sentir chorros de adrenalina corriendo por el cuerpo, todo lo contrario. Y si fuera adicto a ellos me subiría a una noria, no iría a ver una película.
Esto hace que mi lista de buenas películas de terror sea reducida, aunque eso no significa que sea inexistente. Me gustan los trabajos de Roger Corman sobre Poe y los Dráculas de Terence Fisher y Christopher Lee; me sobrecogen films como “La obsesión”, de nuevo de Corman, o “La noche de los muertos vivientes”; me parece una obra maestra “Suspense”, de Jack Clayton…
Ahora se añade a esa breve pero sugestiva lista “La bruja”, del debutante Robert Eggers, que acaba de estrenarse en nuestras pantallas. Una historia que está construida a partir de diversas leyendas y algunos documentos de juicios contra estas acusadas de negociar con el diablo, y que está protagonizada por una familia de pioneros en la Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII. Un clan familiar que está marcado por ese fanatismo religioso que caracterizó a la primera oleada de emigrantes en el nuevo suelo americano.
Un inicial universo de horror, el que vive esa familia dominada por el tormento y la penitencia, que la película pone en conflicto con un terror nuevo, el de las brujas que habitan en lo profundo del bosque, estableciendo entre ambos espacios una macabra dialéctica que termina situando los niveles más profundos del pánico en el primero de ellos, el de la negación de los placeres de la carne. Un relato asfixiante y de una implacable lógica interna que consigue convertir el horror de la escena final en una auténtica liberación. Gran cine.
esther
Publicado a las 21:39h, 18 mayoEmilio y yo compartimos tu valoración. Muy buen cine
JOSE MANUEL GONZALEZ GARCIA
Publicado a las 12:14h, 21 mayoAún no he ido a verla, pero con tu recomendación no me la perderé. A la lista de trabajos interesantes, con brujos , yo añadiría «La semilla del diablo» de Roman Polanski.