Cordero negro, halcón gris: la excelencia del libro de viajes.

03 Jul Cordero negro, halcón gris: la excelencia del libro de viajes.

 

«Peleaban contra sus amigos naturales, sus compatriotas eslavos, mientras que el enemigo natural, los alemanes y los austríacos, los italianos y los húngaros les rodeaban por todas partes a la espera del primer síntoma de flaqueza que los decidiera a acabar con ellos.»
Hasta que este libro llegó a mis manos, por recomendación de una experimentada lectora a la que tengo como amiga desde hace muchos años, no conocía a la escritora Rebecca West, seudónimo de la británica Cecily Isabel Fairfield (1892/1983), una mujer comprometida con la izquierda y el feminismo que posee una larga trayectoria como periodista y es autora de algunas novelas —entre ellas El regreso del soldado, llevada al cine en 1982 por Alan Bridges con Julie Christie y Alan Bates en su reparto— y de este monumental ensayo o libro de viajes, le valen las dos definiciones, titulado Cordero negro, halcón gris que narra el viaje de la autora por la Yugoslavia de 1937, unos años antes de la Segunda Guerra Mundial, pero con el nazismo y el fascismo ya en activo en Europa.


Bosnia, Montenegro, Serbia, Eslovenia, Dalmacia, Croacia… todos los territorios de los Balcanes… los territorios de un estado que, tal como indica su nombre, reúne, o pretende reunir, a los eslavos del sur, son recorridos y descritos de forma exhaustiva por la autora, con una mirada que contempla por igual el paisaje, las personas y la historia porque todo forma parte indisoluble de un pueblo que no se reconoce como tal y que tan maltratado ha sido por Europa, a pesar de haber constituido, en carne propia, la muralla natural contra la invasión turca.


El libro, bastante más de mil páginas, constituye un trabajo de una dimensión extraordinaria, de ésos que parecen haber necesitado de toda una vida y parte de otra, y muestra un grado de documentación y conocimiento fuera de lo común. Con tantas páginas, tantas gentes, tantos lugares y tantas anécdotas es preciso que tenga momentos que te interesen más que otros, pasajes que te apasionan y otros que te resultan un punto indiferentes, pero en conjunto resulta una obra capital que leída hoy, conociendo los tristes destinos a los que se ha enfrentado la nación yugoslava, resulta particularmente reveladora del polvorín que siempre han sido los Balcanes europeos.
Pero más allá de esos territorios y esas personas concretas la novela trasciende en una desoladora visión de la especie humana, portadora de una obstinada crueldad que hunde sus raíces en el fango de los tiempos y que, a la vista de lo que sigue sucediendo en nuestro plantea, proyecta su sombra en un futuro infinito.

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