10 Feb Antonio Lloréns y Giovanna Ribes: The walker
En uno de los primeros capítulos de la excepcional novela de Alan Le May The searchers, la obra que inspiró el film de John Ford que en España se distribuyó como Centauros del desierto, podemos leer: “Un indio persigue algo hasta que piensa que ya lo ha perseguido lo suficiente. Luego lo deja estar. Y lo mismo ocurre cuando huye. Después de un tiempo piensa que debe desistir y comienza a aflojar. Por lo visto, no concibe que exista una criatura que persista en una persecución hasta el final.”
Mi amigo Antonio Lloréns, al que conozco prácticamente desde la infancia, pues fuimos compañeros de aula en el colegio, no es desde luego ningún indio, aunque en ocasiones, como nos pasa a todos, haga un poco el indio que se dice en lenguaje coloquial. Y no es ningún indio porque persigue sus sueños, o como él los quiera llamar, hasta el final. Difícil imaginar una persona con más fidelidad a unas convicciones y un modo de vida que mi amigo Antonio.
Todos pasamos por etapas y, por mucho que algunos mantengamos un mismo faro en la lejanía, tarde o temprano modificamos valores, ambiciones y sobre todo rutinas de comportamiento. Antonio no, él persiste hasta el final. Mal lo tienen todos los indios del mundo (y vuelvo a emplear el término en esa acepción coloquial de comportarse sin rigor), ya que mi amigo los encontrará y desde luego no se callará, porque ese es otro de los rasgos que definen al personaje, solo se calla cuando duerme y además, por si eso fuera poco, no se calla nada… No parece ser el mejor método para hacer amigos en este mundo pero, curiosamente, Antonio sí que parece tenerlos en abundancia.
Giovanna Ribes, otra antigua y querida amiga que tampoco gasta ropas de india porque su persistencia en vivir del audiovisual en una comunidad como la valenciana es algo que muy pocos han conseguido aplicar, ha realizado un documental con este personaje, The Walker / El paseante, en el que le ha seguido en su incansable periplo por diversos festivales y lugares de cine que en el mundo existen.
La película se presentó en Mostra Viva y ahora se ha proyectado en el Centro Octubre de la ciudad de Valencia. Un documental de guerrilla, como la propia cineasta lo calificó en la presentación, en el que he tenido el placer de participar como viejo compañero del protagonista y que, más allá de la visión de un personaje tan singular, efectúa un recorrido por la trastienda de la exhibición y la distribución cinematográficas, la crítica incluida, y nos proporciona un escenario de fondo, o un subtexto si queremos ser más finos, en el que las pantallas muestran más grietas y telarañas de las que imaginamos cuando se apagan las luces de la sala. Muy grandes los dos.
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