30 Nov Lluis Andrés cierra el ciclo Tardes de Libros en L’Eliana
Tras diez años de intensa actividad, nuestro vecino Lluis Andrés pone punto final a Tardes de Libros, una iniciativa que marcará un antes y un después en la Cultura de L’Eliana y que tuve el privilegio de vivir en directo desde mi puesto de programador en el ayuntamiento. Un espacio de cultura y libertad por el que han pasado importantes personajes de las letras y de otros campos de la cultura. Esta tarde hemos hablado con Lluis de este ciclo, que ahora ya es pasado, y también de lo que nos traerá el futuro.
Han sido diez años de Tardes de Libros, aunque ya quede un poco lejano, ¿cómo se te ocurrió la idea?
Hace diez años acababa de vender y cerrar la Librería La Máscara, a la que había dedicado 25 años de mi vida, y decidí que quería seguir en contacto continuo con la cultura. Propuse al entonces concejal de Cultura, José Lorente, la creación de un ciclo dedicado a la literatura y su relación con otros ámbitos de la cultura. Fue muy bien acogido y hoy se cumplen esos diez años.
¿No tuviste miedo que, al traer personajes importantes de la literatura a una ciudad con menos de 20.000 habitantes como es L’Eliana, no tuvieran la acogida que se merecían?
Pues, es verdad. Al principio pensé que tal vez L´Eliana no era el lugar más adecuado para un proyecto tan ambicioso. Pero esa sensación duró tan solo hasta la primera Tarde de Libros que se llamó “¿Por qué los escritores están locos?” La sala se llenó a rebosar y me di cuenta de que los vecinos de L´Eliana sí que estaban interesados en los libros y en la cultura y que el ciclo iba a ser un éxito, como así ha sido.
¿Descubristeis si realmente estaban locos los escritores?
Pues la verdad es que no pudimos llegar a ninguna conclusión definitiva, y eso que nos acompañaron una escritora, Carmen Amoraga, un escritor, Vicente Muñoz Puelles, y una psiquiatra, Begoña Frades. Pero ni con esas…
Por contra, a lo largo de estos diez años muchos de los protagonistas de tus mesas literarias han sido vecinos de L’Eliana. ¿Cómo fue eso?
Esa también fue una decisión meditada. Creía, y lo sigo pensando, que un pueblo que está repleto de escritores, pintores, poetas y tiene un porcentaje tan alto de universitarios, debería de tener un ciclo como Tardes que les diera a todos ellos la oportunidad de presentar sus libros o de opinar sobre su especialidad. Por eso también ha habido muchas Tardes sobre Ciencia, Sociología, Historia, Periodismo, Cine y un largo etc.
Ha sido un trabajo muy intenso y desinteresado, algo que también están haciendo otros vecinos en otros ámbitos. Esto ahora es algo habitual en L’Eliana pero entonces no tanto. ¿Piensas que, en cierto modo, abriste un camino en esta dirección?
Me gustaría creer que sí. Ofrecerme a hacer un trabajo cultural de manera desinteresada me parece una buena manera de devolver al pueblo en el que vivo una pequeña parte de lo mucho que recibo a cambio.
Es casi imposible enumerar los autores, los profesionales y los temas que han pasado por las mesas de Tardes de Libros. O es que tenías una agenda muy profunda o…
…o es que tenía una agenda muy profunda. No hay más secreto: agenda, agenda y agenda. Mi lista de amigos relacionados con los libros era casi interminable. Era lógico después de 25 años con una librería de referencia en Valencia. Y para mi satisfacción, nadie, nunca, me dijo que no a una petición de venir a las mesas de Tardes.
Porque, además, al municipio estos actos culturales no le han costado un euro, con contadas y justificadas excepciones, apenas la cena de cortesía con los invitados, lo que significaba que estos profesionales venían simplemente por amistad contigo.
Así es, Pedro, tú lo sabes bien porque estabas allí.
¿Con la amistad era suficiente, pues?
Esa es la palabra mágica: amistad. Estoy orgulloso de tener tantos amigos y como decían ellos y ellas en las mesas, “con Lluis voy donde me diga”. Esa demostración de afecto es una de las cosas de las que más orgulloso me siento en mi vida.
Esas cenas de “cortesía” con los autores han terminado convirtiéndose en un acontecimiento cultural más en L’Eliana y a ellas se han ido sumando vecinos que querían prolongar la experiencia más allá de la sala del Centro Sociocultural. Llega un momento en que es difícil pensar en unas Tardes de Libros sin las cenas posteriores.
Sí, nacieron como continuación natural de las Tardes pero, con el tiempo, se han convertido en un acto cultural más.
Una prolongación de las Tardes de Libros, pero con un toque más íntimo, incluso un poco más libre, si me permites.
Así es. Tú has sido imprescindible en esas mesas y las conoces bien. Lo importante era tener sentido del humor, eso que se llama buen feeling, y disfrutar de la oportunidad de hablar de todo y con todos… y también de poder criticar a todo el mundo.
Y es que, a veces, ese momento mágico llegaba justo en esas cenas, como la noche en la que Aute nos cantó un par de canciones en un restaurante del pueblo.
El gran Aute, que ya había hecho llorar a mucha gente durante el acto, luego nos sorprendió con maravillosas canciones. Fue una velada memorable.
Si nos pusiéramos a contar anécdotas de Tardes de Libros no acabaríamos, pero quiero que nos recuerdes una que fue realmente extraordinaria.
¿Te refieres a Carles Castillo?
Como lo sabes… al gran Carles Castillo.
Fue una Tarde dedicada a los personajes de novela y su papel era simular que, precisamente, era un personaje de novela que vendía sus experiencias vitales a autores en crisis de inspiración. Como ves, un auténtico disparate, pero con la puesta en escena y con la interpretación de Carles hubo mucha gente que se lo creyó.
Impresionante.
La sala aplaudió a rabiar cuando Carles se quitó la máscara y descubrió al actor que había tras el falso personaje de novela.
Aunque ya sé que es casi imposible abarcarlos todos, te voy a pedir que me des unos nombres que hayan marcado Tardes de Libros, unas sesiones que hayan desbordado la capacidad del local.
Al menos una o dos veces al año las previsiones de asistencia se intuían grandes y lo teníamos que trasladar al pasillo del Centro Sociocultural, a la gran sala de exposiciones.
Al final casi era la excepción hacerlas en la sala pequeña…
Es verdad, ha habido muchas Tardes que juntaron tanta gente que ni siquiera cabían en ese nuevo espacio, más de 300 personas. Recuerdo, cómo no, las de José Luis Sampedro, Jon Sistiaga, Juanjo Millas, Aute, Carmen Amoraga, Carmen Alborch, Manolo Vicent, Xavi Castillo y seguro que me olvido unos cuantos.
Acojona un poco escuchar esa lista, pero es la verdad, Tardes de Libros ha sido eso y mucho más.
Repasando esta lista me doy cuenta de la cantidad de personas importantes de la cultura que han pasado por las Tardes de Libros y, por lo tanto, por L’Eliana.
También te voy a pedir que me digas alguna Tardes de Libros de la que te sientas particularmente satisfecho, aunque la respuesta del público haya sido algo más tímida.
Pues recuerdo una Tarde en la que hablamos de ciencia y transgénicos, que es un tema apasionante y discutido. Aunque la sala estuvo muy concurrida, yo esperaba que hubiera venido más gente, especialmente todos los interesados en temas referidos a la salud y el medio ambiente.
¿Y ahora qué? Es difícil imaginar a Lluis Andrés sin Tardes de Libros.
Yo no puedo vivir sin cultura, sin usarla y sin poner mi parte para su difusión. Para el próximo año he preparado un ciclo que se llamará “Trobades Literaries” y en las que pretendo presentar los premios literarios y de ensayo más importantes que se celebren en el País Valenciano o en el resto de España. Y te doy una primicia, que todavía no es oficial, el 17 de febrero presentaré en L´Eliana los premios más prestigiosos del país, los que otorga la Institución Alfons el Magnanim.
Fotos: Inma Fernández
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