07 Oct Big Bang Morea en el MUVIM
Muy probablemente haya coincidido algunas veces con José Morea en algunos de los lugares de mis primeros años, ya que teníamos casi la misma edad y compartíamos ambientes similares, aunque Pepe ya anduvo dando tumbos por el mundo desde muy pronto, pero la única ocasión que recuerdo fue con motivo del premio que, en el año 2006, le concedió la Cartelera Turia, la publicación en la que colaboro desde hace muchos años. Nuestro encuentro definitivo se produjo unos años más tarde a través de un amigo común y desde entonces nuestro contacto se hizo bastante estrecho, tanto que, incluso, acabé escribiendo los textos de los catálogos de dos de sus últimas exposiciones.
«Big Bang Morea», el documental que ahora se estrena en el significativo marco del MUVIM, nace precisamente de ese encuentro con la persona, José Morea, con su entorno, su irrepetible casa de Xiva, y con su obra, los centenares de cuadros que siguen esperando en su interior. La mirada que he pretendido trasladar a la pantalla se refiere exclusivamente a esa confluencia, que nadie trate de encontrar una indagación crítica sobre su obra porque ni lo he pretendido ni tampoco hubiera sido capaz de hacerlo. Solo he querido expresar mis vivencias con una persona y un creador como José Morea, con la intención de trascenderlas en una meditación sobre la vida, el arte y la libertad. Una meditación que, en definitiva, no es mía sino de mi amigo Pepe Morea.
El documental tampoco es, por supuesto, solo mío. Lo comparto con dos excelentes profesionales, Alberto Abenza y Sergi Sanz, que, a través de su productora, Homo Videns, confiaron en el proyecto y lo hicieron posible con su esfuerzo y su talento. Una exigente grabación de tan solo cinco días en los que el equipo real nos convertimos en el equipo de ficción que visita el domicilio del pintor en busca de un imaginario punto en el que se hubiera replegado el apasionante universo Morea.
José Morea nos dejó hace unos meses y no podrá estar físicamente con nosotros esa noche en el MUVIM, pero si, finalmente, hemos conseguido lo que pretendíamos con este trabajo sentiremos cerca, muy cerca, de nosotros su aliento. Un aliento que nos habla de devorar la vida y de crear en libertad. Ni más ni menos, simplemente Pepe Morea.
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