14 juillet: la otra cara de la historia

17 Sep 14 juillet: la otra cara de la historia

Eric Vuillard es un escritor francés nacido en el año 1968 —en mayo por más señas— que apareció en el panorama literario al ganar, en 2017, el premio Goncourt por su novela «El orden del día», un título que ya tenía en espera y que ahora pasa a ocupar los primeros puestos de mis libros pendientes tras la lectura de esta estupenda «14 juillet», una obra inmediatamente posterior.
Tal como anuncia su título, la novela, relativamente corta, pretende contarnos los acontecimientos de ese día en que el pueblo de París asaltó la Bastilla, abriendo el camino de la Revolución Francesa, y que ha quedado como la fiesta nacional del país vecino. Lo novedoso del asunto es que Eric Vuillard, tal como anuncia en el prólogo, se olvida de los personajes famosos que participaron en los hechos y otorga el protagonismo al pueblo llano, a la foule, la multitud, que fue, en definitiva, la que cambió el curso de la historia.

Un poco, pues, a la manera de los «Episodios nacionales», de Galdós, aunque Vuillard va un paso más allá porque los personajes que aparecen no son de ficción —aunque, en último término, los maneje como tales— como en el caso de nuestro escritor, sino los personajes reales que constan con sus nombres y profesiones en los numerosos archivos de la época que recogen ese momento. Ellos son los protagonistas de esta obra de protagonismo colectivo y el autor los mueve con el respeto que impone su condición de personajes reales insertados dentro de una ficción, imaginando unas motivaciones que siempre aparecen como deducidas por el novelista, porque la realidad del alma de esos personajes anónimos nunca la conoceremos, aunque eso no impide —esa es la magia de la literatura, trascender la anécdota— que la obra contribuya, sin ninguna duda, a acercarnos a la «realidad» de ese 14 de julio de 1789 en la ciudad de París.
La novela enmarca, significativamente, los sucesos de ese día con dos bloques referidos, respectivamente, al despilfarro y opulencia de la corte de Versalles y a la sangrienta represión de los trabajadores en huelga de las manufacturas Réveillon pocos meses antes, unos hechos que constituyen referentes imprescindibles para situar y comprender ese estallido popular que iba a cambiar el rumbo de la historia en Francia y en el mundo.