03 Jul 25 años de los Premios Turia
El primer sábado de este mes de julio, como viene siendo tradición en los últimos años, celebramos en el Auditorio de Burjassot, también desde hace muchos años, la fiesta de los Premios de la Cartelera Turia, una veterana publicación valenciana, ya con 52 años a sus espaldas, a la que llegué como lector con apenas quince años de edad —recuerdo que gracias a un ejemplar gratuito que repartían en Lanas Aragón, un establecimiento comercial, muy popular en aquellos tiempos, en el que trabajaba mi tío— y en la que llevo colaborando como redactor desde hace más de treinta años.
También una vez más, la presencia de Xavi Castillo levantó los ánimos de un personal un tanto decaído tras el palo electoral. El de Alcoi hizo su habitual repaso a sus particulares demonios valencianos, Rita, Camps, Rus y con el arzobispo Cañizares como «personaje» de nueva incorporación. Un humor salvaje e irreverente que resultaba especialmente adecuado para esa necesidad de catarsis colectiva que se respiraba en el local.
A continuación una larga —demasiado, también como siempre— entrega de premios que nos llevó más allá de las dos de la madrugada y en la que desfilaron conocidos nombres de nuestra cultura, como los cineastas Joaquín Oristrell, Paula Ortiz, Daniel Guzmán y Fernando Colomo; la revista Interviú; el programa Días de cine; los actores Natalia de Molina, Pedro Casablanc, Nacho Fresneda y Rebeca Valls; el dibujante Daniel Torres; la organización humanitaria Médicos del Mundo; el escritor Santiago Posteguillo; los políticos Carmen Alborch y Miquel Iceta…
Entre todos esos premiados hubo uno con un sabor especial para mí, al que, además, me tocó en suerte entregarle la estatuilla del Halcón Maltés, ésa que está hecha del mismo material que los sueños. El Premio Especial Turia para Rafa Gassent, un superviviente del underground valenciano de los años setenta, con el que compartí alguna que otra aventura en aquellos tiempos, entre ellas su desinteresada participación en un rodaje en 16 mm., “Un trabajo en Murcia”, que quedó inacabado a causa de un desdichado servicio militar en tierras africanas. Un material que, muchos años más tarde, recuperaría para integrarlo en mi película “Cuenta atrás”.
Entre aquella foto de los setenta y ésta de ahora mismo median más de cuarenta años. Entonces éramos un par de jóvenes con la Turia en el bolsillo y muchas ganas de vivir la vida. Ahora, en ese mismo marco de la Turia, me ha correspondido entregarle un premio a su trayectoria. Fieles ambos a los ideales que marcaron nuestra juventud, como la Turia. Sin haber llegado ninguno de los dos a ninguna cima, pero habiendo tratado de escalar todas las que hemos encontrado a nuestro paso. También como la Turia.
Fotos: Inma Fernández
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