Mercado de ladrones

27 Ene Mercado de ladrones

 

El estreno en nuestras salas de la película The big short / La gran apuesta confirma esa nueva identidad que está adoptando el actual cine político norteamericano, que se muestra menos dependiente de los códigos de género, presenta una voluntad más coral y echa mano de las armas del cine documental. De un título clave de los 70 como All the President’s Men / Todos los hombres del presidente, sobre el caso Watergate, con dos héroes de tronío (Robert Redford y Dustin Hoffman) al frente de la historia, o de ese otro clásico al que éste aludía en su título, All the King’s Men / El político, esta vez con la serie negra como modelo, a la película que ahora comentamos hay un buen trecho, aunque todos ellos compartan esa voluntad de denuncia que tan cara es de ver en el cine comercial norteamericano.
En los compases iniciales del film se nos advierte que el poder financiero gusta de utilizar una jerga incomprensible para el común de los mortales y de este modo ocultar sus aviesas intenciones. Un argumento que muy bien se podría haber aplicado el propio film y en lugar de ese estilo atropellado, que pretende reflejar el frenesí de los mercados y que termina desorientando al espectador, hubiera adoptado unos modos narrativos más didácticos.

POST 013.2
Salvando esta limitación y alguna que otra derivada de la dificultad de atender en profundidad, en dos horas de metraje, a tantos personajes, la película resulta absolutamente recomendable por contarnos de un modo directo lo que pasó en esa crisis financiera del 2008 cuyas consecuencias, al menos en España y diversos enclaves europeos, no sólo las estamos viviendo en presente, ocho años después, sino que las seguiremos soportando durante mucho tiempo, pues, cuando las burbujas se cierren y la economía capitalista, como en todos sus ciclos, comience a crecer de nuevo, perdurará ese trabajo precario y peor pagado, que ha sido “ajustado” gracias a esa crisis que otros han provocado.

Steve Carell plays Mark Baum in The Big Short from Paramount Pictures and Regency Enterprises

Desde el punto de vista cinematográfico a la película se le pueden poner unas cuantas objeciones, no muchas, pero no es ése el objeto de estas líneas. Lo importante es la ventana que nos abre a los comportamientos criminales de unos mercados que terminan destruyendo la vida de la gente corriente. En este sentido la película es ejemplar, al describir con todo lujo de detalles la trama de dinero ficticio creada a partir de unos productos financieros construidos sobre unas hipotecas regaladas, casi impuestas, que se sabía que no iban a poder pagarse. Sencillamente escalofriante. ¿Es posible que, en unas sociedades supuestamente avanzadas política y moralmente, puedan suceder unos atropellos que desafían incluso la lógica de un niño? La respuesta es afirmativa y este film lo deja bien claro. Hay que verlo y después contener el deseo de coger un bazoka —el chicle no, el otro— y salir a la calle.

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