Caracol, gracias por compartir. Un proyecto de Jordi García.

10 Feb Caracol, gracias por compartir. Un proyecto de Jordi García.

 

Jordi García es un vecino muy conocido en L’Eliana, especialmente si tienes inquietudes culturales pues es raro encontrar una propuesta en la que no ande metido o a la que, al menos, simplemente asista. El próximo viernes 16 de febrero, a las siete de la tarde, Jordi presentará en el Salón de Actos de la Biblioteca Municipal su última aventura editorial, «Caragol: gràcies per compartir», un proyecto que, por diversas circunstancias, conozco casi desde el principio y que comenzó destinado a ser un cortometraje. Lo primero que nos cuenta Jordi es que…
Hace unos tres años decidí abordar un lenguaje que había tocado muy superficialmente con mi alumnado en mi trabajo como profesor de FP: el cine. Hasta ese momento tenía acumuladas muchas experiencias de expresión plástica, literatura, teatro… aplicadas a la educación, mi profesión, y a la animación sociocultural y dinamización de grupos. Así que decidí hacer un corto… ¡me apeteció!
Comienzas, pues, trabajando en un lenguaje distinto del que ahora presentas, pero, en cualquier caso, lo primero era encontrar una historia que te interesara.
Andaba días buscando un tema, una historia. Entonces conocí casualmente al protagonista del cuento, de la historia, que presento: Caracol. Un joven malabarista que vi actuar en el semáforo del Palacio de Congresos, el primero que nos encontramos para entrar en Valencia desde L’Eliana. Me fascinó y, sobre todo, me sugirió una historia de encuentro entre dos personas muy distintas, que representaban dos mundos con valores muy diferentes y contrastados. Siempre me ha interesado el tema del fenómeno de los encuentros entre las personas. Y mi historia va de este tema. He intentado construir una metáfora visual y literaria que permita diversas lecturas, sugiera pensamientos y provoque emociones sobre todo esto tan complejo y al mismo tiempo, al menos para mí, tan humano e interesante.

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¿Fue suficiente con eso, con ver a tu protagonista desde el coche en un semáforo?
No, eso sólo fue el primer chispazo. Decidí conocer personalmente a Caracol. Fui a su encuentro. Le propuse participar en mi proyecto de corto. Le gustó. Nos hicimos amigos y me introdujo en el mundo de la gente que actúa en los semáforos, los que luchan por dedicarse a las artes circenses, los ocupas… Un mundo alternativo a la sociedad a la que pertenezco y en la que me había movido hasta ese momento.
¿Todo eso aparece en el libro que ahora presentas?
En el álbum ilustrado sólo recojo el inicio de nuestra historia, la anécdota que alberga, como si fuera una cápsula, la esencia de toda la historia. Hay un componente realista, la primera parte, y acabo con una ficción que pretende reforzar el sentido metafórico que he querido darle, trascendiendo a los propios protagonistas y convirtiéndolos en símbolos.

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Tu primera intención fue realizar un audiovisual. Creo que, además, era el primer guión que escribías. Tienes una amplia experiencia en diversos lenguajes artísticos, pero ¿cómo ha sido el encuentro con el audiovisual?
Precisamente, la idea de contar esta historia a través del formato cuento ilustrado surge de la constatación de la gran dificultad que me suponía llevar a cabo la primera idea: contarla a través del lenguaje de un cortometraje. Durante dos años escribo un guión que comento con diversos expertos en el tema. Tú lo sabes porque fuiste una de esas personas.
Me gustó la idea desde el principio y el guión que tenías mostraba muy buenos fundamentos, especialmente si era el primero que escribías. Pero los guiones siempre tienen varias versiones, es casi una tradición en la profesión.
No hace falta que lo digas, lo reescribo hasta en seis nuevas versiones. Incluso me apunté a tu Taller de Escritura en la Escuela de Adultos, porque lo ibas a dedicar al guión cinematográfico en el segundo trimestre.
Recuerdo que llegamos a trabajar tu historia en uno de los talleres, con participación de todos los compañeros.
Cierto, fue una experiencia que me aportó mucha información y me resultó muy interesante.

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Pero, a pesar de todo eso y de las seis versiones, finalmente, no has podido realizar el cortometraje.
Pues no ha podido ser, la realidad se impone y después de intentar contar con colaboradores expertos en el mundo de la grabación, el montaje… en fin, el mundo cine, para la realización del corto… abandono el proyecto cinematográfico porque no consigo el equipo que necesito para realizarlo. Los directores, productores, realizadores… a los que les he presentado y propuesto el proyecto me manifestaban que era muy interesante… pero a nadie le ha interesado realmente hacerlo. Creo que la gente del sector prefiere hacer proyectos propios… y lo entiendo. La verdad es que me he quedado un poco decepcionado con la respuesta, y a veces la «no respuesta», que he tenido… Otra gran dificultad es el coste económico, personal y de tiempo que requiere un corto como el que yo planteaba… Pero bien, me ha sido muy útil para conocer un poquito como funciona este mundillo y se puede decir que he aprendido mucho de lo que, en cierto modo, ha sido una relativa frustración.
El audiovisual es, muchas veces, un territorio muy ingrato, pero no te has dejado vencer y has seguido persiguiendo la historia.
No quería renunciar a contarla y, finalmente, decido hacerlo con un género en el que tengo experiencia: el cuento, un álbum con ilustraciones que decido realizar yo mismo. Me ha supuesto un trabajo difícil y de muchas horas hasta conseguir mi objetivo. Tal vez porque soy una persona muy exigente con aquello que hago y, en este caso, el cambiar a un género, el cuento ilustrado para adultos, me ha exigido dedicarle mucho tiempo para lograr sintetizar mucho sin dejar de decir o sugerir nada de lo que quería.
El formato que has elegido, un texto con ilustraciones originales, es, un poco, como un intermedio entre un libro y una película. ¿Cómo ha resultado ese proceso de cambiar de lenguaje para contar la misma historia?
Estoy muy de acuerdo contigo cuando dices que «es como un intermedio entre un libro y una película», eso he pretendido. He tenido muy presente el lenguaje cinematográfico: decir mucho con poco, construir planos con diferentes puntos de vista, como hace la cámara, utilizar la elipsis como estrategia básica para hacer fluir la historia estructurada en secuencias…¡Todo un reto!

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El verdadero reto, Jordi, es no abandonar la historia. La necesidad de contarla, con el lenguaje que sea.
He sufrido mucho en este proceso creativo, pero también he disfrutado y aprendido mucho. Pero bueno, esto no tiene mayor importancia, los procesos creativos tienen esta ambivalencia, es lo interesante de ellos.
De todas formas, sé que tienes algún material grabado que te puede abrir las puertas de un proyecto más ambicioso. ¿Tienes algún plan al respecto?
De momento no. Si a alguien le interesara, podría replanteármelo pero de una manera muy distinta.
Me ha resultado curioso ver que, en el libro, has apostado por una síntesis perfecta para contar la anécdota. Has logrado una depuración que se te resistía un poco en el guión
Sí, como ya te he dicho, ha sido un proceso de trabajo muy interesante y en todo momento he sido consciente de lo que me exigía, quería conseguir y estaba haciendo. Como siempre lo más interesante es el propio proceso de creación y de trabajo para llegar a producir lo que deseas. En este caso contar una historia con un formato determinado que tiene sus propias exigencias, posibilidades y limitaciones. También es muy satisfactorio llegar a conseguir unos resultados que consideres suficientemente aceptables y presentables para «compartir» con los demás. Y, modestamente, creo que lo he conseguido. Es curioso ver, cuando lo tienes acabado, mirado y remirado una y mil veces, que el resultado es «sencillo», no da la impresión de ser el fruto de muchas horas de dedicación y trabajo.
La sencillez siempre es lo más difícil de conseguir.
Para mí esto es un valor intrínseco del producto final que, tal vez, solo la propia persona que lo ha realizado sea capaz de disfrutar en toda su dimensión. Para mí esto es una fuente singular de placer que justifica el esfuerzo que me exige el proceso y da respuesta, con lo vivido en el propio proceso, a la necesidad de crear y de contar a otros…
La edición de un libro siempre es mucho más viable económicamente que una producción audiovisual. ¿Cómo lo has producido?
Como dices, el proyecto de un libro cuesta mucho menos económicamente. He hecho la inversión con una autoedición a través de una editorial de aquí, L’Eliana, Pasión por los libros.  Una edición corta, inicialmente de 200 ejemplares, pensando en las personas conocidas y amistades. A este nivel no tengo grandes pretensiones, sólo que llegue a estas personas próximas y queridas con las que he compartido verbalmente la historia y han manifestado interés para que la comparta con ellas, animándome a publicarla de alguna manera.

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¿Quiénes son Sebastián Ruiz y Sebastià Miralles, los protagonistas de tu historia?
Son mis dos únicos amigos que se llaman «Sebastián». Que coincidieron en el tiempo en dos momentos vitales totalmente diferentes: Sebastián Ruiz, Caracol, muy joven, bello, alegre, empezando  vivir, personaje alternativo vitalmente, símbolo de libertad y lucha por la vida… Sebastià Miralles, mi «alter ego» en la historia, es un gran artista plástico, escultor profesor de la facultad de Bellas Artes. Persona mayor y con una grave enfermedad que le deforma físicamente y le hace sufrir mucho. Afrontando su realidad y el final de su vida con dignidad. Muere el 12 de febrero de 2017, soy la última persona con quien habla por teléfono. En el momento de su muerte estoy en mi casa con Caracol ayudándole a programar un proyecto. Coincidencias…
Dos amigos en la vida real, pero también dos personajes movidos por las leyes de la ficción.
Dos modelos singulares de persona, a las que amo y con las que me identifico en muchas cosas y que, en otras, admiro profundamente. Con dos paradigmas vitales de muchas coincidencias entre ellos y conmigo mismo. Dos personajes amigos que aparecen en momentos distintos de mi vida y tanto uno como el otro me aportan mucho. Dos personas que están presentes de manera bien distinta en el momento que construyo y decido escribir esta historia y la conceptualizo dándole el sentido que finalmente tiene en el libro que voy a presentar. Pero, como dices, también dos personajes reales que los llevo al nivel de la ficción, trascendiendo esta realidad para convertirlos en símbolos.

Caragol
¿Qué podemos esperar de la presentación del próximo viernes 16 de febrero en el Salón de Actos de la Biblioteca Municipal?
Un encuentro entre personas amigas. «Caragol: gràcies per compartir!» es una historia de encuentros y de amistad. Hablaremos de las amistades, de LA AMISTAD. Espero a la gente amiga de diferentes ámbitos para encontrarnos de una manera especial. Estará el protagonista de la historia, Caracol, con sus malabares. Habrá sorpresas… Tan solo puedo añadir mi invitación a las personas conocidas para disfrutar de vuestra amistad y a las desconocidos para generarla. Os espero para mostraros esta historia tan singular e importante para mí.
Bueno, Jordi, pues tú mismo lo dices en el título de tu libro, gracias por compartir con todos nosotros esta historia.
Gracias Pedro por creer en mi historia, por valorarme y animarme desde el primer momento que hablé contigo. Gracias a ti y a todos ¡POR COMPARTIR!

1Comment
  • José V. Navarro
    Publicado a las 13:18h, 15 febrero Responder

    Compartir la magia de la creación siempre es un privilegio. Ver como avanza un proyecto y al final se plasma. ¡Bravo por CARACOL!

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